Desorden

Cuando dejo de escribir por un tiempo es cuando en realidad me doy cuenta de cuánto me reconforta hacerlo.
Últimamente me siento la última opción de muchas personas importantes en mi vida, desechada, olvidada; y a la vez me siento acompañada, querida.
A veces me pregunto si en verdad escribir me sirve de algo, si lo hago por gusto, costumbre o porque realmente necesito hacerlo. Opto más por la última opción. Te extrañaba blog, si, a vos mierda.
Extrañaba descargarme.




















Qué desorden esta entrada, por dios.

No se, te quiero.

¿Sabes qué?
aunque pasen miles de cosas, aunque nos peleemos, nos odiemos, nos amemos y nos volvamos a pelear... siempre voy a estar para vos.
Porque fuiste lo más lindo que tuve en algún momento, porque te quise muchísimo, y aunque ahora no sea así no importa. Siempre vas a poder contar conmigo.
No se, te quiero.

Estoy harta de todo. Ya me supera.

Sólo con él.

¡Es que no! ¡No me pasa con nadie más! Sólo con él, me pongo idiota, no pienso, no reacciono, no se qué hacer ni cómo impulsarme, no puedo hablar, hago la idiotez más grande que alguna vez hayas visto. Pero si no me cuesta expresarme nunca... ¿por qué con él si? Cortocircuito de neuronas. Otra vez.

Y se había cansado, estaba harta.. exhausta de dar siempre todo y nunca recibir nada.

Nada puede ser un poco lógico en mi vida, ¿no?

Cada vez es más difícil todo, cada vez te extraño más, cada vez puedo menos.

♥

Cada vez escucho más 'Birdy' la paz que me trae esa voz es totalmente incomparable. La amo.

Tendríamos que..

Tendríamos que haber escrito nuestro propio final, paso a paso, palabra por palabra, coma por coma y en lugar de ese asqueroso punto final, tres puntos suspensivos, para construirla durante mucho tiempo más.
Pero no lo hicimos, dejamos que sea un tiro al aire y así nos fue, ¿no?


¿Ven que siempre cuestiono las cosas más de lo que debería? mejor me calmo.

Te conocí dormido, te conocí recién levantado, cansado, borracho, con todas las pilas, nadando, bailando, saltando, jugando, corriendo, cantando, dibujando, estornudando, abrazando, besando, insultando, elogiando, dando fuerzas para seguir adelante, amando, odiando, haciendo lo que mas te gusta, haciendo cosas que odias, ayudando, barriendo, dándome la mano, caminando, comiendo, tomando, leyendo, con frío, con calor.. vivimos tantas cosas juntos, algunas lindas, otras feas. 
Te juro que me pongo a pensar en todo y me quiero matar por haberte perdido.
Ojalá no leas esto.
Ojalá lo leas.
Ojalá no me preocupe más por nada y te encare.
Ojalá nunca te diga nada.
Ojalá sea menos contradictoria conmigo misma.

Que alguien le explique que no tenía que volver a aparecer en mi vida, que alguien le diga que me está complicando todo, que alguien lo haga reaccionar, a él y también a mí. Disolvete, evaporate, no quiero sufrir más.

Porque a veces prefiero quedarme durmiendo antes que salir.
Y no es porque tenga sueño.

Desde que soy chica me titularon como la llorona de la familia, la diferente, la hija única, la rarita, la que siempre trata mal a todos, la mal humorada.

Y si, digo desde chica porque no es algo de ahora, todo lo que me cuentan de cuando era chica es que siempre andaba llorando y/o enojada por algo. El problema, ¿saben cuál es? es que me cansa todo esto, me jode ser siempre la pelotudita a la cual nadie banca por su humor del orto. ¿Y nadie se pregunta por qué mi humor es así? Porque todos ya están acostumbrados a que lo sea, a Malena, la ortiva del grupo, la que se enoja por todo..

Y aunque parezca que me chupa un huevo, que me cago de risa y que diga que no voy a cambiar por nada, aunque tampoco pienso hacerlo, me duele que toda la gente me tenga así. La que me conoce, la que no tanto y los que nunca se gastaron en intercambiar palabra conmigo, todos me tienen así.

Cansa tanto todo esto, cansa que el '¿Qué te pasa?' no me lo digan con esperanza de ayudarme, sino como un '¿otra vez de mal humor?' 

Y SI LOCO, SE PUEDEN IR A CAGAR TODOS. QUÉ DÍA DEL ORTO. 

A veces cuestiono demasiado las cosas, más de lo que debería, y en algunas ocasiones suelo arrepentirme. "Por qué dije eso?" "Por qué hice eso?" "Tendría que haber hecho/dicho otra cosa" "Tendría que haber puesto un punto en vez de una coma''  ''Capaz que si le clavaba 'visto' no perdía tanto la dignidad" "Si no twitteaba eso no pasaba nada". Que se yo, a veces se trata más de vivir todo sin preguntarse nada, sin agregar nada más, porque cada cosa que hicimos fue por algo y a la mierda todo; esa es la única manera de estar mejor, de ser como es cada uno y nada más.

Y en algún momento estoy segura, o por lo menos espero, implementarlo un poco.

No todo fue como quisimos, no todo es como queremos, pero si nos lo proponemos, todo puede ser.

The world sucks
is that why I created mine.

No se qué me habrá impulsado a escribir esta entrada, capaz que estar sentada en la terraza, con el vientito que te da la sensación de verano, el verano trae con sí mismo ese micro segundo en el que te transporta a la playa, o a dóndecarajosea, pero te libera por lo menos por un rato de responsabilidades, horarios, rutinas, tráfico, profesores y bla, bla, blá.
Anda a saber qué es lo que hizo un click en mi vida en este último tiempo, qué fichita se movió de lugar y provocó tal cambio, pero me siento con ganas de hacer de todo, cada vez me gusta más escribir, dibujar, sacar fotos, cada vez me gusta disfrutar segundo a segundo, y me encanta.
Mejor ni digo estoy bien, porque soy tan yeta que después se me derrumba todo, que se yo. Entonces: estoy para el orto, va, capaz que funciona y se me alinean los planetitas un poco, no? 
Tititititiiititittit que jodido empezar un blog nuevo, no me gusta pero me gusta, capaz que es la diferencia entre que el otro era anónimo y no me preocupaba por quién me leyera. 
Boahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, me entusiasmó mucho la idea del concurso de escritura, me da bastate una referencia de qué pinga es lo que me gusta hacer y me da ánimo y eso. Bueno, nada, tengo sueño, todo culpa de tu tía polaca!!!!!

Y  ninguno de los dos supo, en realidad, cuánto se amaban.

"Demonios Liberados"

Tiró la ropa al suelo y se paró frente al espejo de cuerpo entero. Se odiaba, detestaba tener esas caderas, ese cuerpo que, a pesar de todos los métodos implementados, que podían haberse considerado hasta abusadores, seguía igual.

No se conformaba, quería pesar esos anhelados treinta kilos que la llevarían a la gloria... cueste lo que cueste.

Quería verse flaca, y eso iba de la mano de veinte kilos menos. Se dejó caer de rodillas en la frialdad de los azulejos blancos que constituían el suelo y se inclinó ante la fuente de lamentos, mejor conocida como inodoro. Expulsó los escasos nutrientes consumidos ese día: un cuarto de manzana.

Se comprometía, se había metido en aquello y saldría, con vida o no... pero con su peso deseado.

Hizo su mejor esfuerzo para vestirse, lavar su cara y arreglarse el cabello; se miró al espejo, incluyó en la palidez de su tez una sonrisa, esa que siempre llevaba en su cara, esa que ocultaba tantos sentimientos.

Llegó a casa, o como ella sentía, cuatro paredes blancas de rincones vacíos. Como de costumbre, nadie se encontraba allí, y aunque lo estuvieran, la casa seguiría totalmente vacía.

Tomó el filo de un sacapuntas, que últimamente era su único mejor amigo, y dejó que hiciera su trabajo. Dibujó con él en sus muñecas, antebrazos y muslos. Ayudó su propósito con un frasquito de pastillas para dormir y una botella de vodka que en un suspiro quedó totalmente vacía.

Un líquido espeso, pegajoso y ajeno recubrió cada parte de su cuerpo: sangre. Quedó sumida en un dolor agudo.

No le importaba, no quería nada más, dejó de darle importancia a ese dolor y comenzó a pensar en desaparecer. Eso quería, desaparecer, ser invisible, ocultarse.

Cerró los ojos, se sumió en un mar de tranquilidad, ese dolor que había sentido durante sus quince años, que no había cesado ni un momento, allí dio fin. Descansó por fin en paz.

Fin.